Julio Rivera Maldonado: “Nací con el café”
por: Jonathan López Rodríguez

Julio Rivera Maldonado nació el 21 de noviembre de 1944 en el barrio Salto Arriba, Sector La Conchita. “Para ese tiempo solo existían las comadronas,” nos cuenta don Julie, como cariñosamente le dicen en su barrio. Desde que podía caminar su padre se lo llevó para la finca para que conociera y amara lo que es la agricultura, en especial el café. Actualmente vive en el barrio Sabana Grande, en el sector la Sabana de Utuado. Cuando comencé a entrevistarlo Don Julie me dijo: “Vinieron a hablarme de lo mío porque yo nací con el café y para que me entienda le preparé café.” Esa seguridad y pasión por nuestro café, sólo puede salir de alguien que ama y conoce la tierra. En el ratito que pasamos juntos demostró tener las cualidades que se están perdiendo en los puertorriqueños, hospitalidad y amabilidad para tratar a un completo extraño.

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A don Julie se le puede encontrar en los juegos de pelota AA en Utuado vendiendo chinas por las gradas del parque que muy orgullosamente dice que son las mejores por el clima donde son cosechadas. Uno de sus grandes logros es que fue el primer piñicultor de Utuado y el 12 de septiembre de 1995, razón por la cual el periódico “El Nuevo Día” escribió un artículo de tres páginas hablando sobre su gran logro.

El café de sombra es el método que se utilizaba y se utiliza para sembrar café. Es uno de los métodos más antiguos en Puerto Rico. Consiste en sembrar el café en sombra, o sea que siembras árboles grandes como el de las chinas y entre medio de los árboles de china siembras el café. Don Julio nos dice que él siembra a 12 pies de distancia los árboles de china y en ese espacio siembra matas de plátanos que son intercaladas por los arbustos de café. Este método tarda algunos tres a cuatro años en que dar frutos. La calidad de éste llega a su mejor punto con unos granos más gruesos.

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El café de sol es el método que se utiliza en la actualidad. En este método siembras el arbusto y no tiene ningún tipo de sombra para protegerlo. Por lo general se siembran lineales, primero verticalmente y luego horizontal para no dañar el terreno. Este arbusto da fruto en dos años con muchísima más cantidad y rapidez que el método de sombra. La diferencia es que la calidad del producto es muy distinta. La calidad del café de sombra es superior a la de sol. Este método fue bien aceptado por la rapidez y cantidad en que crecían y producían los arbustos. El gobierno comenzó a promocionar este método por radio, en las reuniones con los caficultores. El gobierno enviaba representantes para que hablaran sobre este método innovador. “Donde quiera que uno iba,” me cuenta Don Julio, “hablaban sobre el café de sol.” Él me cuenta que uno de los factores que impulsó el café de sol fueron las mallas. Se trata de un invento creado por una compañía de ese tiempo que servía exclusivamente para este método. Contó mi entrevistado:” Los caficultores le ponían la malla a los arbustos de café y sólo recogían los que estaban fuera de la malla y dejaban que los granos que estaban dentro de la malla cayeran y cuando caían todos. Iban 2 personas y se llevaban la maya con los granos de café.”

No se sabe con exactitud cuándo y quien descubrió el café. El dato más preciso que se puede dar de este producto es que su origen es de Etiopía. Una de las teorías que encontré sobre esto, y que creo que puede ser la más real, es la que nos cuenta que un pastor en Etiopía al ver que sus cabras por la noche tenían mucha más energía que durante el día ya que se pasaban brincando y corriendo por todos lados. El pastor preocupado va a donde unos monjes para ver que podía ser y los monjes dedujeron que podía ser una planta que habían comido los animales. Cuando fueron a investigar encontraron que las cabras habían ingerido las semillas un arbusto. Los monjes comieron la semilla y descubrieron que podían mantenerse orando. Luego la hirvieron con agua donde fueron creando lo que hoy día conocemos el café. Los monjes lo fueron comunicando a los demás monjes y a todas las personas este gran descubrimiento. Tiene sentido que los monjes tuvieron que ver con el descubrimiento del café ya que para ese tiempo los monjes pasaban mucho tiempo transcribiendo libros para la nobleza, se podría decir que eran las imprentas del hoy.

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El café como mucha de la flora de la isla no es autóctono de aquí, pero como Puerto Rico tiene un clima formidable para que la mayoría de la flora florezca, fue favorable para éste. El café fue importado por los españoles alrededor del 1700, pero es oriundo de Arabia. De hecho, en nuestra isla hay cinco tipos de café arábigos en el momento. Para el siglo 19, nuestro café se había convertido en el mejor del mundo. Esto se debió, según me contó Don Julio, a la región montañosa ya que mientras más alto se siembra el café mayor es su calidad al igual que uno debe sembrar el café para el lado de la montaña donde el sol es naciente o sea que el sol sale temprano en la mañana por ese lado. En Puerto Rico se da mucho el café caturra, limani, selección Puerto Rico y el Borbón, entre otros

Dice Don Julio que el café de Puerto Rico era tan y tan bueno que cuando don Luis Muñoz Marín fue gobernador él mandaba a preparar café para enviárselo al papa en Italia, de tan bueno que era. Don Julio nos cuenta que la agricultura en Puerto Rico tomó su gran auge con el Honorable Gobernador Luis A. Ferré para finales de los 60. En el 1993 cuando ya se veía que la cultura cafetalera iba en decadencia, Don Julio fue a una reunión en Adjuntas con la que era la presidenta de la Cámara de Representantes en Puerto Rico Zaida (Cucusa) Hernández. En dicha reunión se discutió medidas de cómo mejorar la agricultura en específico, la del café. Luego de que todos los caficultores hablaron, él propuso la idea de que por cuatro meses tomaran a todas las personas aptas para trabajar que vivían en los residenciales públicos del país y los pusieran a trabajar por cuatro horas en las fincas de los caficultores y verían que Puerto Rico se volvería convertir en un gran exportador de café ya que el café de aquí es uno de los mejores o el mejor del mundo entero. Ella le contestó que eso era una magnífica idea pero que el problema era implementarlo. Él le contestó que si no hacían nada por la agricultura o por el café ya por el 2000 no iba a haber casi café. Terminó diciendo: “Así ocurrió, para el 2000 ya había muerto la cultura cafetalera en Puerto Rico, la mayoría de los caficultores habían muerto y como si fuera poco, no hubo apoyo del gobierno y les fueron quitando ayudas.”

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